jueves, 29 de abril de 2010

DESPRENDIMIENTO DE RETINA

La separación de la retina neurosensorial del epitelio pigmentario subyacente con acúmulo de líquido en el espacio virtual existente entre las dos estructuras es conocido como desprendimiento de retina (DR). Generalmente y con propósitos didácticos se distinguen tres tipos de DR :

• Exudativo . Existe un paso activo de líquido al espacio subrretiniano a partir de la coroides. Se da en la degeneración macular asociada a la edad y melanomas de coroides, entre otras.

• Traccional. Es causado por la tracción que ejercen membranas fibrovasculares retinianas secundarias a retinopatías proliferantes o tras traumatismos.

• Regmatógeno . Debido a una disrupción en la retina que ocasiona un paso de fluido de la cavidad vítrea al espacio subrretiniano.

Nos referiremos especialmente a éste último dado que es el más frecuente y el que de forma más típica afecta a pacientes sin antecedentes oftalmológicos.

En la anamnesis típicamente se puede obtener la descripción de una pérdida de visión que puede ser brusca o subaguda y en la cual el paciente identifica bien la amputación del campo visual relacionada con el área de la retina desprendida. Ésto puede ser fácilmente comprobado con una simple campimetría por confrontación. Los días u horas previos a la disminución de visión frecuentemente relatarán la presencia de fotopsias (relámpagos luminosos que traducen estimulación de la retina por tracción focal). Si es un paciente observador podrá incluso mencionar que en los días previos notó un aumento de miodesopsias (moscas volantes) que puede traducir un desprendimiento de vítreo posterior que haya ocasionado la rotura de la retina al nivel de una adherencia patológica. La presencia de factores de riesgo de DR (miopía magna, DR en el ojo contralateral, afaquia, pseudofaquia o antecedentes familiares de DR) puede ser de utilidad.

El examen del segmento anterior con la lámpara de hendidura puede mostrar la retina desplazada en la cámara vítrea. El examen de PIO suele ser normal aunque si hay afectación del cuerpo ciliar puede estar disminuída. El examen principal e ineludible es la oftalmoscopia indirecta binocular y/o la biomicroscopía con lente de tres espejos de Goldmann. El ojo contralateral debe ser asimismo examinado para detectar lesiones predisponentes (degeneración en empalizada y rosetas o tufts). En ausencia de hemorragia vítrea un observador experimentado puede generalmente localizar no sólo la retina desprendida sino la solución de continuidad de la retina que lo provocó. Su localización y número determinarán en gran medida la actitud quirúrgica.

Generalmente no se precisan más exploraciones que la oftalmoscopía binocular indirecta con o sin indentación y/o la biomicroscopía del segmento posterior con lente de contacto para dar el diagnóstico y sentar las bases del tratamiento. La presencia de una hemorragia vítrea más o menos densa hace necesaria la práctica de una ecografía modo B con el fin de localizar y cuantificar la retina desprendida.

El tratamiento del DR escapa a la finalidad de esta revisión. A grandes rasgos diremos que en los DR no complicados puede ser suficiente con la inyección de gas para conseguir el tamponamiento del desgarro. Se asociará o no un procedimiento extraescleral local o circular dependiendo del número de desgarros, de su localización y de otros factores. En casos complicados es necesaria la realización de una vitrectomía vía pars plana y separación manual de los pliegues fijos, segmentación y delaminación de tractos fibrosos y eventual inyección de aceite de silicona con el fin de conseguir un tamponamiento prolongado del desgarro retiniano. Mientras se espera el momento de la cirugía el reposo en la postura adecuada (en general aquella en la cual la bolsa por gravedad cae sobre el desgarro) constituye parte fundamental del tratamiento.

El pronóstico de los DR no complicados es en general bueno y en los complicados muy variable. Se ha de tener en cuenta que incluso en la cirugía de los DR no complicados el riesgo de evolución a vitreorretinopatía proliferante es la espada de Damocles del cirujano de vítreo-retina.

No hay comentarios: