jueves, 29 de abril de 2010

NEURITIS ÓPTICA

Se define como un proceso inflamatorio agudo del nervio óptico. Distinguiremos dentro de la neuritis óptica (NO) dos procesos según exista afectación papilar:

• Neuritis óptica con papilitis (inflamación del disco óptico o papila)

• Neuritis óptica retrobulbar (disco óptico normal).

La NO se trata de un proceso que puede darse en gran número de patologías neurológicas entre las cuales destaca la esclerosis múltiple como la más frecuente.

Habitualmente afecta a mujeres entre la 2ª y 4ª década de la vida aunque la afectación de varones o en otras edades no es ni mucho menos excepcional. El principal síntoma es una pérdida de visión aguda o subaguda, generalmente unilateral, en ausencia de cualquier otra semiología neurológica. Interrogado al respecto es probable que el paciente refiera dolor en los movimientos horizontales extremos de la mirada (aducción y abducción), parestesias o pérdida de fuerza en las extremidades o el signo de Uhthoff (visión borrosa durante el ejercicio físico). La exploración nos muestra habitualmente un defecto pupilar aferente aunque su ausencia no nos permite excluir el diagnóstico. El examen del fondo de ojo puede ser normal en las neuritis ópticas retrobulbares (NOR) o pueden mostrar borrosidad de los bordes de la papila o una papilitis franca. La región macular, árbol vascular y parénquima retiniano son estrictamente normales.

La presencia de un cuadro de estas características en un paciente con una edad y antecedentes compatibles debe evocar inmediatamente la posibilidad de que se trate de una enfermedad desmielinizante. A nivel oftalmológico la realización de unos potenciales evocados visuales permitirá demostrar un retraso en la conducción o aumento de latencia en el ojo afectado y, probablemente, en el ojo contralateral aunque en menor medida. La realización de una punción lumbar (en la que en un alto porcentaje de casos se puede demostrar la presencia de proteinorraquia elevada, celularidad aumentada y niveles de gammaglobulinas elevado con presencia de bandas oligoclonales) ha de ir seguida de la realización de una resonancia nuclear magnética en la cual se puede demostrar la presencia de lesiones en la sustancia blanca en el 90-98% de pacientes con esclerosis múltiple y en el 50-70% de pacientes con neuritis óptica aislada. Habitualmente la realización de un TAC no aporta información útil.

Ante un cuadro de estas características una RMN típica es muy sugestiva de esclerosis múltiple aunque una RMN normal o que presente pocas lesiones no permite excluír totalmente el diagnóstico. De la misma forma hay situaciones en que la NO es idiopática o bien puede asociarse a infecciones víricas o granulomatosas en las cuales el diagnóstico se establece ante la negatividad de la RMN y buscando una enfermedad de base.

Existe gran controversia al respecto del tratamiento de la NO. Se ha visto que la administración de tratamiento corticoideo oral o endovenoso en pulsos no supera la eficacia del placebo en lo que se refiere a agudeza visual final. Sin embargo sí se ha visto que la administración oral de corticoides se acompaña de una mayor tasa de recurrencias a los dos años en el caso de la esclerosis múltiple por lo que se considera un tratamiento poco aconsejable. Hoy en día en la NO asociada a la esclerosis múltiple la mayoría de autores se inclinan hacia la administración de una megadosis de corticoides (1.000 mg al día durante tres días) estando el paciente hospitalizado.

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